Dictadura vs Democracia
Un Testimonio desde la Escuela Experimental Venezuela
En 1957, Venezuela vivía bajo la férrea dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien había consolidado su poder tras un controvertido proceso electoral en 1952. Este régimen se caracterizó por el autoritarismo, el control absoluto de las instituciones y la represión sistemática de la oposición política. La Seguridad Nacional, la temida policía política, jugaba un papel central en la persecución de cualquier voz disidente.
En noviembre de 1957, la represión alcanzó un nuevo nivel con la detención masiva de estudiantes universitarios y opositores políticos. Recuerdo vívidamente aquel día, siendo alumno de 5to grado en la Escuela Experimental Venezuela, ubicada frente a la sede de la Seguridad Nacional en la Avenida México, Caracas.
Una Lección Inesperada
Estábamos en plena clase cuando nuestra maestra Maruja de Vásquez nos llamó para que observáramos por los grandes ventanales de la escuela. Desde allí, vimos cómo llegaban numerosos autobuses al estacionamiento de la Seguridad Nacional, llenos de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela. El ambiente se tornó sombrío al escuchar los gritos de los detenidos mientras eran brutalmente golpeados con rolos en sus extremidades y nalgas antes de ser arrastrados al edificio.
Aquellos jóvenes, muchos acusados sin pruebas de conspirar contra el régimen, enfrentaron una crueldad que quedaría grabada en la memoria colectiva del país. Este evento dejó una huella indeleble en nosotros, los estudiantes de la Escuela Experimental, que comenzábamos a entender las tensiones entre un régimen represivo y los ideales de libertad y justicia.
Educación para la Democracia en Tiempos de Dictadura
A pesar del contexto autoritario, la Escuela Experimental Venezuela se destacó como un oasis de innovación pedagógica. Su enfoque integral combinaba la enseñanza académica con actividades prácticas, culturales y comunitarias. La escuela promovía valores de participación democrática, pensamiento crítico y liderazgo, desafiando sutilmente la ideología de obediencia ciega promovida por el régimen.
Una de las actividades más significativas eran las elecciones internas. Los estudiantes participaban en simulaciones de gobiernos escolares, donde asumían roles de gobernantes, ministros, fiscales y miembros de seguridad. Los grupos electorales, Luchador Estudiantil y Conservador Escolar, organizaban campañas, defendían sus posturas y fomentaban el debate entre sus compañeros.
Estas dinámicas inculcaban valores fundamentales como la responsabilidad cívica, la toma de decisiones colectivas y la resolución de conflictos a través del diálogo. También se llevaban a cabo asambleas escolares, en las que se discutían temas relacionados con la vida estudiantil, creando un espacio de participación activa que contrastaba fuertemente con la realidad política del país.
La Transición Democrática y su Reflejo en la Escuela
El año escolar 1958-1959 fue particularmente emocionante. Tras la caída de Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, el país comenzaba su transición hacia la democracia, y este cambio también se reflejaba en la escuela. Durante las elecciones estudiantiles, apoyé con entusiasmo al grupo electoral Luchador Estudiantil, cuyos candidatos, Joel Carrasco y Nelly Carrasco, representaban los ideales democráticos que nos inspiraban.

El Cuerpo de Seguridad Escolar y el Aprendizaje de la Responsabilidad
Otra faceta destacada fue la organización del Cuerpo de Seguridad Escolar, liderado por Víctor Amram. Su función era mantener la disciplina y proteger a los estudiantes más jóvenes. Víctor gestionó con éxito un equipo formado por estudiantes de grados superiores, sentando las bases de su futura carrera como psicólogo y Comisario General de la Policía Técnica Judicial (PTJ).
En mi caso, fui asignado para administrar la cantina escolar, una tarea que incluyó la recepción de productos, la venta en puntos estratégicos y la rendición de cuentas a la maestra Luisa de Araujo. Enfrenté un desafío cuando detecté un déficit en las cuentas, que resultó ser causado por un colaborador deshonesto. Gracias a la ayuda de Víctor, quien atrapó al culpable infraganti, resolvimos la situación y se tomaron medidas correctivas. Esta experiencia fue una lección invaluable sobre integridad y trabajo en equipo.
Un Legado Imperecedero
La Escuela Experimental Venezuela fue mucho más que un lugar de aprendizaje académico; fue un semillero de ciudadanos críticos comprometidos con la justicia social. Sus innovaciones pedagógicas dejaron una huella imborrable en la educación venezolana, preparando a generaciones para contribuir a una sociedad más justa y participativa. En tiempos de dictadura, representó un faro de esperanza, y durante la transición democrática, un espacio donde los ideales de libertad y justicia encontraron tierra fértil para crecer.


Recordamos con gratitud a todo el personal docente de la escuela y en especial nuestros maestros: Rafael Chacón, Maruja de Vásquez, Leonor de Esqueda, Cristina de Pereira, Yolanda de Cruces, Luis Turmero, Luisa de Araujo y Dagoberto Hurtado, quienes fomentaron nuestro crecimiento en un entorno desafiante.
Luis Cruz
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